miércoles, 25 de marzo de 2009

Campaña para la prevención de embarazos en adolescentes

Propuesta:
Levantar una campaña para la prevención de embarazos en adolescentes y/o no deseados.

Dos millones de embarazos adolescentes cada año



En América Latina, alrededor de dos millones de mujeres adolescentes se convierten en madres cada año, indicó Sonia Martinelli, representante asistente para el Fondo de Población de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Panamá. De cada cinco madres, dos viven precariamente.

(Mujereshoy) Martinelli señaló que la maternidad en etapa adolescente no es adecuada: se trata de una niña teniendo un niño y, por su temprana edad, no hay responsabilidad que les permita salir adelante y superar las condiciones de pobreza, donde dos de cada cinco mujeres viven precariamente, informa la agencia de noticias Cimac.

La funcionaria de la ONU en Panamá, indicó que son los padres de familia quienes buscan el apoyo de los programas de salud reproductiva, ya que son una herramienta útil para informar y orientar a sus hijos.

En América Latina, señaló Martinelli, hay muchos avances con relación a los derechos de las y los jóvenes. Así, en Costa Rica existe la Ley de la Persona Joven que reconoce al joven y al adolescente como una persona sujeta de derechos y el Estado se compromete a darle salud, salud reproductiva, educación y condiciones de oportunidad para un desarrollo humano.

Mientras, en Panamá y Nicaragua se promueven políticas nacionales para el adolescente en donde participan grupos juveniles, se hacen consultas, foros de discusión y reflexión en donde los adolescentes exponen sus necesidades todos los campos del desarrollo humano.

Los problemas del embarazo adolescente
El embarazo en la adolescencia es considerado un problema desde diferentes aspectos porque implica mayor riesgo de mortalidad materna, menores oportunidades –cuando no un corte abrupto– de educación, un fortalecimiento del círculo de la pobreza y un mayor riesgo de daño y mortalidad infantil.

Diversos estudios indican que más del 50 por ciento de las y los jóvenes menores de 17 años son sexualmente activos. Denominada sexualidad temprana en numerosos documentos, ella implica riesgos de un embarazo, deseado o indeseado, que tiene consecuencias negativas a corto y largo plazo para la adolescente.

Así por ejemplo, las que deciden tener su hija o hijo deben hacer frente a la resistencia del entorno social. Esta puede traducirse en el rechazo de la familia próxima, en la expulsión del colegio, en la pérdida o disminución de su red social de amigas y amigos.

Para aquellas que desean poner término al embarazo, las posibilidades de hacerlo son frenadas por las leyes que penalizan el aborto, el temor de una intervención insegura, el sentimiento de culpabilidad, su alto costo, entre muchas otras.

Los efectos sociales en las jóvenes madres también son importantes, sobre todo si se considera que la mayoría de los embarazos adolescentes se da en jóvenes en situación de pobreza y de escasa escolaridad. Además de asumir la responsabilidad de la crianza del hijo o hija, muchas de estas madres, al ser jefas de hogar de bajos ingresos, continúan en el ciclo de pobreza.



Fuente: Cimac, Agenda Salud de Isis Internacional, Mujereshoy

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